jueves, 3 de septiembre de 2009

U. (de utopia)

Después de años de experimentación, he llegado a una conclusión: uno siempre ve lo que satisfaga a su persona.
Por muy depresivo que seas, por muy pesimista y gafe, por muy seguro que estés de lo malo, siempre vencen las esperanzas ( o la ilusión) de que lo bueno es lo que realmente va a pasar. Pero, ¿por qué?
Si esto fuera un mundo rosa, en el que llueve cerveza, los arboles son de chocolate y toda la hierba es maría, lo entendería.
Si no existiera el calentamiento global, ni las enfermedades, ni la política, lo entendería.
Si la gente fuera inmortal, África siguiera viva y no existieran las guerras, lo entendería.
Pero la realidad es que, en el fondo, me temo que no exista ni el amor, ni la paz, ni la felicidad. Temo que todo eso sea una utopía por la cual luchamos durante toda la vida, pero que nunca llegamos a encontrar.
Porque, si fuéramos felices no lo sabríamos.
Si hubiera paz, no la apreciaríamos.
Si el amor existiera... Si el amor existiera...
Ojalá el amor existiera. Creo que entonces podría morir tranquila, de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario