viernes, 25 de marzo de 2011

Peter Pan.

Peter Pan era el ser más extraordinario con el que tube la suerte de cruzarme.
Y cada día que pasa no puedo dejar de dar gracias a Dios por haberme mostrado su mundo, a él. Por haberme permitido ser su amiga. Por haberme permitido que me quisiera. Por haberme dejado formar parte de su vida. Por haberme enseñado lo que es la vida: una fantasía.
Por haberme ayudado a ser lo que soy, más facilmente, más feliz.
Por haberme ayudado a buscar mis sueños, y perseguirlos como si estuviera loca.
Por haberme dejado que insinuara que me quería como una hermana. Por haberlo querido como a un hermano. Era mi hermano.
Y, mi amor, te juro, te juro por todo lo que soy y lo que fui que nunca jamás te voy a olvidar, ni a dejar de agradecer todo lo que hiciste por mí.
Nunca en mi vida encontrare a alguien por el que me imante tanto, sólo por fascinación, sin hormonas ni sexo de por medio. Nunca voy a adorar tanto a alguien sólo por ser mi amigo. Mi mejor amigo. Para siempre.
Porque nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, y si tubiste que volar, te respeto, y te quiero, te adoro a pesar de ello.
Te voy a querer siempre, a pesar de haberme dejado sin nadie a quien querer imitar. Sin saber que hacer ahora que no estas. Sin sentir nada más que el peso de mi medio corazón, que eras tú, muerto. Porque te quiero, te quiero tanto! te quiero.
Y voy a seguir tu ejemplo, y voy a conseguir todo aquello que no te dio tiempo.
Porque la humanidad debería llorar mares de dolor, por haberse quedado sin conocerte.
Te quiero, te adoro y, algun dia prometo ser todo lo que eras tú, y hacer feliz a tanta gente como tu hiciste. Porque eres mi héroe.
Te adoraré por el resto de mi vida.
Y TE JURO que nunca jamás te olvidaré, ni a ti ni en lo que me ayudaste a convertirme.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

magnetizada.

Helada. Sorprendida. Asustada. Calor-frío. Sonrojada. Emocionada. Triste y feliz. Asustada otra vez. Asombrada. Borracha y enfadada. Desilusionada. Despechada y desdichada. Melancólica. Enamorada y borracha. Triste. Mayor y vieja. Pesada. Insoportable. Calor-frío-calor-frío. Atontada. Muy muy triste, y más melancólica que nunca. Contenta y subidón. Cosas raras en el estómago. Emocionada y lágrimas. Muchas lágrimas felices. Recuerdos...
Y tú apareciendo en tu coche, para venir a rescatarme de mi yo interior, que me asfixia y me agota con todo el boom de energía que siempre tiene que estar presente, cuando tú apareces claro. Y que sólo tú puedes frenar, apaciguar y hasta hacer mágico.
Sólo tú, con tu presencia mística, necesaria, con tus manos y tus brazos, que me cogen y me protegen de todo, como si encogiera y mi mundo se redujera a tu cuerpo, puedes hacerme feliz.
Porque aunque seamos complicados, diferentes, tozudos y orgullosos, eres la única fuente de felicidad de mi vida. A penas apreciable, pero necesaria.

Querías saber porqué te sigo queriendo, después de seis años.
Querías saber si soy para siempre, aunque estemos en países diferentes, épocas diferentes y situaciones enemigas. Aunque no podamos estar juntos.
Pues bien: ojalá estos 3000 km supusieran un obstáculo para mi amor, y no me magnetizara hacia a ti cómo lo hace. Porque sólo cuento los meses para verte.

martes, 27 de julio de 2010

hogar, dulce hogar.

He vuelto a casa, y lo único que encuentro es que estoy en "tierra de nadie".
No sé, trato de disimular esa decepción que siento cada vez que revivo que quizá no todo era tan perfecto aquí, ni los recuerdos felices tan felices, ni el amor que le tenía a ésta gente tan fuerte.
Me siento decepcionada. Creí que estaría por fin refugiada de mis miedos, hogar dulce hogar.
Pero sólo estoy más atada, más acorralada y angustiada, y mis miedos se verbalizan en labios de otras personas en forma de pregunta. Y no tengo la moral, el día ni la paciencia para mentir, y todo se desmorona.
Puede que ya en casa no me quieran, tampoco. No puedo esconder mi frustración.
Creí que vivir de nuevo el amor, los lazos que antes me unían a este mundo, el que era mi mundo, me traería un poco de paz. Pero sólo me deja creer que debí volar más lejos, más rápido y más pronto, porque aquí, aunque parezca imposible, no saben absolutamente nada de mí. Y yo, oh pobre diabla, ya no puedo verbalizar lo que siento. No puedo explicar el porqué de la angustia que me oprime, que a veces me deja sin respiración. No puedo seguir explicando cosas a oídos sordos.
Y no puedo rechazar la invitación a irme de un lugar ahora desconocido para mi corazón.

domingo, 13 de junio de 2010

reflexión.

Odio no poder hacer viajes místicos extra-corporales.
Sería TAN increíble poder escaparme de mí misma y de todo lo que me rodea...
A veces es claustrofóbico convivir siempre conmigo.
Me asustan los pensamientos negativos, como si fuera mi enemiga, como si tuviera ganas de torturarme por cada defecto, cada cagada, cada día que no hay Sol.
No entiendo cuando empezó a pasar esto, antes realmente me caía bien... ¡Me quería tanto!
Supongo que en el momento en que quieres a alguien y dejas de ser uno para ser dos lo cambia todo.Ya no miras por ti, ya miras por él. Da igual estar bien o mal, pero él tiene que ser feliz. No sé, no entiendo en que momento dejé que alguien me importara tanto cómo para enfadarme desde lo más profundo de mi ser conmigo y no querer hablarme nunca más.
He hablado con S. Es otro capullo más, que me importaba un poco, bueno quizá más de lo que creía. Me cuidaba él de mí, así que ya no tenía que preocuparme yo de herirme. Era gratificante. Pero es un capullo más. ¡Ai que ver cómo engaña la gente...!
No sé si se merece mi perdón; hasta mi Yo rencoroso está de acuerdo de que por mucho que yo la cague y recague, deben amarme muuuchiiisimo más que esas mierdas que últimamente me demuestran.
También sé que asusto. Él me lo dice. Mi forma tan utópica de ver el mundo asusta. . Éstos sueños en los que vivo a veces, no sé si nadie está preparado para escucharlos.
Pero sin duda, si todo fuera cómo yo tengo pensado que sea, todos seríamos mejores, yo sería mejor, más feliz, y dejaría de tratar de destruírme por el bien de éste mundo poco preparado para la gente que quiera ser feliz.

sábado, 5 de junio de 2010

sin más.

Hay días mejores y días peores. Hoy es uno encasillado en "yanosientonada".
Éstos son los peores días, en los que te esfuerzas en reaccionar ante una realidad que te aturde y lo único que consigue es tener los ojos secos. Me encantaría poder llorar.
No sé en qué momento sucedió todo, ¡yo antes sentía tantas cosas! aunque fuera odio, ira o rencor. Sentía cosas por la gente, me marcaban, hacían que yo pensara (en caliente o en frío), influían en mí.
No sé si es porque ya no hay nadie lo suficiente auténtico cómo para hacerme pensar y avanzar, y salir de ésto que ya no sé ni lo que es. Un fingir ser fuerte, un poner sonrisa a todo, ceder y no protestar, conformarse y pensar que debes conformarte porque no vales más, un no quererse, ni siquiera un poco, de nada que pueda arrancarme una sonrisa.
Y yo no soy ni fuerte, ni estoica. A veces me asusta ser tan sumamente frágil; saber que mi vida pende de un comentario, de un amor frustrado, de todo.
Saber que yo sola no puedo ser feliz.
Me asusta que me hagan daño, una y otra vez. Y me asusta no tener ni la fuerza ni el valor para reaccionar. Me asusta ser tan tonta.
Pero lo que más me asusta, es que ya te hayas ido cuando acababas de llegar.




"Felicidad que bonito nombre tienes.
Felicidad cuando sale el Sol a bailar,
y tomas tres copas de más,
y se te olvida que me quieres."

martes, 1 de junio de 2010

s.

S. dice que no encuentra hacia dónde va todo. Será un informático importante, en una empresa mediocre, que acabará suicidándose en el garage de su casa si no huye pronto.
Yo le digo que haga lo que tiene que hacer. Y él se confunde con lo que DEBE hacer.
Siempre discutimos. A veces se nota TANTO que es mayor...
El único deber del ser humano es ser feliz.
D. me contó la historia de sus tatuajes el otro día: son carpas chinas. Dos pececitos adorables, que lo único que hacen a lo largo de su vida es nadar contra corriente, para llegar a dónde quieren llegar, sin importar la fuerza del agua. Siempre van de dos en dos, para ayudarse, y supongo también que para no sentirse tan solas. Creo que quería que fuera la otra carpa, pero me gusta S.
La única moraleja es que no sólo disfrutan del destino, sino del camino.
¿Qué más da el resto? Al fin y al cabo, a la única persona a la que debes pasar cuentas es a tí mismo. Sonríe y hazte feliz.
Pero S. no tiene el valor suficiente para llevar a cabo todos esos proyectos, y acabará suicidándose en su garage.
No sale de casa, sólo piensa en su pasado. A veces hace que yo también me autocompadezca, siempre exagera todo...
Me enternece como me trata, y adoro su protección. Le gusto. Siempre me lo dice, aunque me trate como si aún fuera una niña; si él supiera...
A veces tiene miedo de que me vaya, o me rompa, o a lo mejor de que me esfume...
S. está muy solo últimamente y dice que yo aún soy una niña. ¡Ai si pudiera leer mis ojeras!
Yo sólo quiero que no se suicide en un garage.
Me sorprendo de vez en cuando pensando en el chico de los hamsters, friki de internet y fan numero uno de daftpunk.
Es un original atrapado en un cuerpo humano. Y me inspira.
Ojalá decida no suicidarse en un garaje, escoja su media carpa y flote a la deriva, disfrutando del sol y las olas, sin miedo a nada, y menos al tiempo.

lunes, 26 de octubre de 2009

J.

Ya no se puede huír más lejos ni correr más rápido.
Ya no puedo fingir más ni dudar menos. No puedo dejar de creerte, y mucho menos renegarme a aceptarte.
No eres parte de mí. No eres parte de mí. No eres más parte de mí.
No me repito más cuanto me quieres, cuantas excusas hay para que todo esto haya pasado, no me castigo por todos mis errores. No hay nada.
NO hay nada. NO hay nada. NO hay nada.
No soy culpable de tus miedos, ni reina de tu soledad. No soy quien se ha apartado, cómo tampoco quien te buscó.
No soy quien confió en que esto apareciera, ai... en que tu aparecieras.
No soy quien te juro nada eterno, y sin embargo la única que lo cumple.
Ahora, ¿que me tienes que decir? Nada.
El tiempo es efímero. Y tú me hiciste efímera.
Ya no tengo más sitios a dónde huír. Ya he corrido suficiente. Ya te he querido bastante.
Ya he sufrido más de lo normal.
¿Para qué continuar haciéndolo?
Estoy rota. Y no quiero repararme. Has hecho que cambie. Pero no sonrías. A peor.
¿Que qué hago yo con ese tipo? Tener dinero. Una imagen. Un futuro más fácil.
Ya no busco amor. Ya no quiero amor con mis cinco poyuelos. Ya no quiero amor.
No más amor.
¿Para qué? Nunca durará lo suficiente para que no duela.