sábado, 5 de junio de 2010

sin más.

Hay días mejores y días peores. Hoy es uno encasillado en "yanosientonada".
Éstos son los peores días, en los que te esfuerzas en reaccionar ante una realidad que te aturde y lo único que consigue es tener los ojos secos. Me encantaría poder llorar.
No sé en qué momento sucedió todo, ¡yo antes sentía tantas cosas! aunque fuera odio, ira o rencor. Sentía cosas por la gente, me marcaban, hacían que yo pensara (en caliente o en frío), influían en mí.
No sé si es porque ya no hay nadie lo suficiente auténtico cómo para hacerme pensar y avanzar, y salir de ésto que ya no sé ni lo que es. Un fingir ser fuerte, un poner sonrisa a todo, ceder y no protestar, conformarse y pensar que debes conformarte porque no vales más, un no quererse, ni siquiera un poco, de nada que pueda arrancarme una sonrisa.
Y yo no soy ni fuerte, ni estoica. A veces me asusta ser tan sumamente frágil; saber que mi vida pende de un comentario, de un amor frustrado, de todo.
Saber que yo sola no puedo ser feliz.
Me asusta que me hagan daño, una y otra vez. Y me asusta no tener ni la fuerza ni el valor para reaccionar. Me asusta ser tan tonta.
Pero lo que más me asusta, es que ya te hayas ido cuando acababas de llegar.




"Felicidad que bonito nombre tienes.
Felicidad cuando sale el Sol a bailar,
y tomas tres copas de más,
y se te olvida que me quieres."

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